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FMI baja a 4,4% proyección del PIB global

Con base a las evaluaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), la recuperación económica continúa en el mundo; sin embargo, el ritmo se ha desacelerado. De acuerdo a lo anterior, el organismo internacional manifestó que el pronóstico global se redujo en enero a una expansión aún saludable del 4,4%.

De acuerdo con el FMI, la proyección estipulada fue inferior a lo que se contemplada en octubre pasado, en la que se calculaba en 4,9%, en medio de perspectivas de crecimiento reducidas para Estados Unidos y China, las dos economías más grandes del mundo. Por su parte, comentan que la inflación ha sido más alta de lo esperado en muchas economías, mientras que persiste la volatilidad en los mercados financieros mientras aumentan las tensiones geopolíticas.

Por otra parte, el FMI observó que las economías más avanzadas han experimentado tensiones pandémicas y desajustes en la relación entre la oferta y la demanda, lo que han seguido impulsando la inflación y lastrado la recuperación.

La temporalmente reducida movilidad como resultado de la propagación de la variante Ómicron ha llevado a frenar la actividad en el sector servicios, incluyendo en ellos a Estados en la zona del euro, Japón y el Reino Unido. Por su parte, en las economías emergentes, las restricciones pandémicas y la reducción del apoyo político han empezado a pesar sobre la actividad. Adicional a las caídas del PMI, algunos otros datos apuntan a un impulso más suave, como una menor producción industrial de Brasil.

El organismo internacional prevé que el crecimiento mundial se modere del 5,9% en 2021 al 4,4% en 2022, punto medio porcentual menor para este año que en los reflejado en las mediciones de Perspectivas de la Economía Mundial (WEO), las cuales reflejaban en gran medida las rebajas previstas para las dos economías más grandes.

El informe persiste en reconocer que los riesgos por la pandemia, así como las interrupciones en la cadena de suministros, la volatilidad de los precios de la energía y las presiones salariales localizadas, significan que la incertidumbre hacia la inflación y las trayectorias de las políticas es alta.

En la medida que las economías avanzadas aumenten sus tasas oficiales, esto puede surtir riesgos para la estabilidad financiera y los flujos de capital, las monedas y las posiciones fiscales de las economías emergentes y en desarrollo.

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