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JEP rechazó a “Otoniel” y su extradición coge más fuerza

El proceso de extradición del exjefe del Clan del Golfo, Dairo Antonio Úsuga, alias “Otoniel”, toma más fuerza. Lo anterior tras la negativa de la Jurisdicción Especial para la Paz de aceptarlo como tercero civil.

El argumento se tramitó en tiempo récord en la jurisdicción y es concreto: “Otoniel” no logró demostrar su participación como tercero civil durante el conflicto armando y, por ende, la JEP determinó que no podía presentarse bajo esa figura porque toda su participación durante el conflicto fue dentro de los grupos armados, en específico dentro de las Autodefensas Unidas de Colombia.

“Las acciones armadas por parte del solicitante no cesaron y la condición por la que pretende la aceptación de su sometimiento, esta es, la de tercero civil colaborador, no se concretó ni se probó, solo se enunció en forma deshilvanada”, argumentó la JEP.

Sin embargo, dicha decisión no va en contravía del interés que ha demostrado la JEP por escuchar lo que el ex narcotraficante tiene por contar de su supuesta participación del conflicto como integrante de las FARC, el EPL y también de las AUC. Posteriormente, después de rechazar la solicitud de sometimiento, la JEP anunció el segundo punto del auto 1008 de 2022, establecido como un exhorto a la Corte Suprema de Justicia para que de esta manera se condicione la extradición en dos puntos.

Inicialmente, le pide que dicha entrega se haga una vez que Úsuga haya cumplido con los requerimientos del Sistema Integral de Verdad para concretar el derecho de las víctimas a la verdad; y, en segunda instancia, sea cumplida la pena correspondiente en Estados Unidos, “con la finalidad de que asuma la responsabilidad por los delitos acá cometidos, sin necesidad de una solicitud de extradición elevada por el gobierno colombiano para tal fin”.

De acuerdo lo anterior, la JEP trae a colación el ejemplo de un caso similar a “Otoniel”: El de Daniel Rendón Herrera, alias Don Mario, quien siendo paramilitar fundó el Clan del Golfo. En dicha situación, la Corte Suprema aceptó el sometimiento de Don Mario, pero esta fue condicionada, justamente, a que el ex narcotraficante cumpliera con los requerimientos de verdad.

De acuerdo a lo que se lee en el auto de la Corte del 22 de abril de 2008 “(…) si bien el Estado colombiano está comprometido a perseguir el delito, tanto en lo interno como frente a la comunidad internacional, dicha obligación no es de mayor importancia o jerarquía que la inherencia a la efectiva protección de los derechos de las víctimas”. Bajo este supuesto, la Corte se tomó una década en enviar a Don Mario a la cárcel en Brooklyn, en Nueva York. A pesar de que fue aceptada la extradición en 2008, lo terminó enviando años después cuando terminó de contar su verdad en las celdas colombianas.

Los escenarios políticos son distintos. Mientras el Gobierno del expresidente Juan Manuel Santos no tenía presión política para enviar a Don Mario lo antes posible, con la administración de Iván Duque si, puesto que han mostrado la captura de “Otoniel” como una de las victorias más importantes, con las cuales tiene intenciones de que la extradición se dé antes de salir de la Casa de Nariño.

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