Juan Diego Isaza: Profesionalismo, carisma y servicio a la comunidad

Este alegre y gentil joven es quizás hoy, uno de los profesionales más queridos en la administración Municipal. Experto en su campo laboral, pero, sobre todo: cordial, respetuoso caritativo y humano, hacen de Isaza, uno de los más admirados en el gobierno de Gorky Muñoz.

Alegre, jovial y amable, así describen a Juan Diego sus amigos y compañeros de trabajo en la Alcaldía Municipal. Nacido en Neiva, de 36 años de edad, hijo de Jairo Isaza (paisa) y Ada Valderrama (caqueteña), hermano del músico José Daniel Isaza, con trayectoria nacional e internacional, esposo de la bella administradora comercial Claudia Calderón y padre de Jacobo Isaza de 4 años de edad, fruto de esa unión. Ese es Juan Diego Isaza, nuestro personaje del mes de marzo en Onda Opita.

Abogado y especialista en contratación estatal, egresado de la universidad de Medellín, con más de 12 años de experiencia como abogado en el sector público, actualmente Jefe de la Oficina de Contratación del Municipio de Neiva, cargo que ha liderado con mucha responsabilidad. Este talentoso y dinámico joven, no solo ha incursionado en lo público, sino que también ha emprendido y ha hecho empresa en el sector gastro bar de la región.

Incansable, aventurero y arriesgado, hicieron que en varias oportunidades buscando mejorar su condición económica y experimentar el sueño americano, emigrara del país, llevándose muchos sueños en su maleta, que poco a poco ha venido haciendo realidad. Ese duro camino recorrido en el exterior, lo ayudaron a madurar y a formarse como persona, dice que cuando fue por primera vez a USA: fue recibido por algunos amigos que lo apoyaron, lo orientaron y trataron muy bien. Eso mismo ha hecho Juan Diego cada vez que pisa suelo americano, llevando consigo algún compatriota o guiándolos desde el Huila, para que ese sueño americano e inicio de una nueva vida en tierras lejanas, sea más fácil y cómodo para sus paisanos.

Lo más importante y sagrado que tiene es su familia. Las personas lo reconocen por su carisma y actitud de servicio, sin intereses, independiente de banderas políticas. El servicio a la comunidad ha sido su estandarte.

Hace algunos años era uno de los animalistas más reconocidos de la ciudad, apoyaba diferentes fundaciones con trabajo, tiempo y dinero. Hoy ya retirado de esta noble labor con peluditos, procura ayudar desde su posición. En la administración le ha ido muy bien como profesional, pero más allá de lo público, su vida sigue ligada a muchas campañas y obras de caridad con comunidades vulnerables, pues como buen amante de la canción social o música protesta, dice que la vida no vale nada si no es para perecer, porque otros puedan tener lo que uno disfruta y ama.