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¿Cómo impactará en su bolsillo?

El 28 de noviembre se presenta como una fecha crucial en la determinación del salario mínimo para el año 2024.

La expectativa crece a medida que nos acercamos a este día clave, cuando la mesa de concertación se instalará para debatir el aumento salarial de los trabajadores. En esta discusión participarán el Gobierno, los gremios y los sindicatos, cada uno presentando sus propuestas. Dos factores esenciales, la inflación y el desempleo, ocuparán un lugar central en este diálogo.

Hernando Zuleta, profesor de economía en la Universidad de los Andes, destaca la importancia de la inflación proyectada, que ronda el 10 %, como punto de partida en la discusión. Sin embargo, la incertidumbre persiste sobre la dirección futura de este indicador. La desaceleración económica, evidenciada por el reciente dato trimestral del Producto Interno Bruto (PIB) en números rojos, añade complejidad al panorama.

Zuleta advierte sobre la relevancia de considerar el posible comportamiento del desempleo en los próximos meses al fijar el ajuste salarial. Los parámetros de diálogo incluirán el Índice de Precios al Consumidor (IPC), el PIB causado y proyectado para el próximo año, la productividad y la contribución de los salarios al ingreso nacional.

En cuanto a las expectativas de las partes, el Gobierno sugiere un incremento de dos dígitos, posiblemente entre el 12 % y el 13 %. Este planteamiento se fundamenta en el temor a una rápida caída de la inflación y su impacto en el mercado laboral. Por otro lado, los sindicatos podrían solicitar un aumento entre el 15 % y el 16 %, viendo esta oportunidad como impulsora de la reactivación económica. En contraste, los empresarios esperarán el dato de productividad para presentar una propuesta que, según Zuleta, podría centrarse en cubrir la inflación, especialmente si la productividad muestra retrocesos.

Desde una perspectiva diferente, el director de Fedesarrollo, Luis Fernando Mejía, anticipa que el aumento podría ser inferior a un dígito. Su propuesta se basa en las recientes cifras de actividad económica y aboga por un ajuste cercano a la inflación, estimada en un 9,6 %.

El 28 de noviembre revelará el tono y la dirección que tomará la discusión, donde cada parte buscará equilibrar sus intereses en medio de un contexto económico desafiante.

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