¿Es viable una nueva constituyente en Colombia?
El llamado a una Asamblea Nacional Constituyente por parte del presidente Petro ha generado un rechazo generalizado en el ámbito político del país, con críticas provenientes de diversos sectores.
La propuesta del presidente, realizada durante un encuentro con la minga indígena en Cali, plantea la necesidad de transformar las instituciones para asegurar que el mandato popular de paz y justicia se cumpla.
Sin embargo, es importante destacar que el proceso para convocar una Asamblea Nacional Constituyente no es simple ni inmediato. Requiere la aprobación de una ley en el Senado y la Cámara de Representantes con mayorías absolutas, además del escrutinio por parte de la Corte Constitucional. Posteriormente, se convocaría a una elección para que la ciudadanía refrende la convocatoria, que debe obtener al menos un tercio del censo electoral en las urnas. Este proceso, que incluye la elección de los miembros de la asamblea, podría extenderse por más de dos años.
Las reacciones ante esta propuesta han sido variadas. Ramiro Bejarano, exdirector del DAS, la considera un atentado a la democracia y hace comparaciones con episodios históricos de intentos similares. Humberto de la Calle, exjefe negociador del gobierno Santos, critica el argumento de Petro, sugiriendo que el problema radica más en la forma de gobernar que en la Constitución misma. Antonio Navarro Wolff, expresidente de la Asamblea Nacional Constituyente de 1991, opina que una nueva constituyente no es necesaria en este momento.
Por otro lado, figuras como Angélica Lozano, Claudia López y Miguel Uribe Turbay expresan su rechazo a la propuesta de Petro, defendiendo la Constitución de 1991 y acusando al presidente de engañar al país. Lozano y López destacan la importancia de proteger el acuerdo nacional y ciudadano que dio origen a la Constitución del 91, mientras que Uribe Turbay promete defender al país de lo que considera una afrenta a la Constitución actual.
