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Crecen las pérdidas en el sector piscícola por bajos niveles de oxígeno en El Quimbo.

Una comisión integrada por miembros de la Gobernación del Huila y la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales, ANLA, supervisó las condiciones de calidad del agua por la operación de la hidroeléctrica. El resultado es una evidente pérdida en la pesca, situación que ratifican las familias que habitan zonas cercanas al Magdalena.

Nuevas mediciones en el sitio de descarga del agua turbinada de la hidroeléctrica El Quimbo mostraron que los niveles de oxígeno son inferiores a los que requiere el río Magdalena para la supervivencia de peces, tanto aguas abajo de la represa como para la operación piscícola en Betania. Así lo constató un equipo de trabajo de la Corporación del Alto Magdalena, CAM, en respuesta a las inquietudes planteadas por la comisión de la Gobernación del Huila, que acompaña a la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales, ANLA, en los municipios del área de influencia de El Quimbo.

La comisión adelanta un intenso y riguroso trabajo de campo en esas zonas, para verificar el cumplimiento de la compañía Emgesa a las compensaciones exigidas por los impactos de la construcción de la hidroeléctrica.

Juan Diego Hernández Montealegre, ingeniero químico y magister en Desarrollo Sostenible del Medio Ambiente, y contratista de la CAM, explicó que se demostró que no se está cumpliendo con los parámetros mínimos permisibles de oxigenación del agua sobre el ancho del río en su totalidad.

Además de presentarse valores menores a los necesarios, se suman fuertes olores producidos por ácido sulfhídrico en la descomposición por la biomasa que está en el fondo de la represa, dijo Hernández Montealegre.

De acuerdo con las recomendaciones del especialista, se deben realizar seguimientos continuos a través de la Corporación Autónoma del Alto Magdalena para verificar las zonas de alto impacto de escasez de oxigenación, que influyen de manera directa en la biodiversidad acuífera que habita en la represa y sus alrededores.

Impactos inmediatos en la pesca
En el recorrido por la zona cercana al municipio de El Hobo, más de 68 familias manifestaron haber quedado sin el sustento de sus hijos, y denunciaron la desaparición del capaz, pez nativo del Magdalena.

Yolima Vargas, presidenta de la Junta de Acción Comunal de Puerto Seco, dijo: “en el pasado se realizaban jornadas de pesca hasta de 37 capaces, siete mojarras, y tres bocachicos”. Era un volumen de pesca que les servía para su diario vivir, y “era mucho el pescado que había en esos tiempos”.

Por si faltara, antes de que se empezará el proyecto El Quimbo, el grado de mortalidad de peces en la zona de cultivos en Betania eran de 20, 25 y hasta 30 por ciento. Ahora se ha incrementado a 50 por ciento en los tiempos de verano.

Problemas en El Agrado
En el marco de la revisión a las zonas impactadas por la construcción de El Quimbo, se constataron en el municipio de El Agrado delicadas afectaciones a la producción agropecuaria.

En encuentros realizados con la comunidad, se denunciaron dificultades con abastecimiento de agua a través de distritos de riego.

Para la alcaldesa Waldina Losada, “El Agrado es uno de los municipios con mayor impacto socioeconómico negativo que haya producido la empresa Emgesa, producto de la desarticulación con la comunidad y hasta la fecha no han compensado a la totalidad de la población”.

Otro de los problemas tiene que ver con la construcción de la planta de tratamiento de aguas residuales, que no está operando, y las aguas sin tratamiento vuelven a la quebrada Yaguilga.

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