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La práctica de tener sexo en lugares públicos o no tradicionales: Dogging

Personas desconocidas acuerdan encuentros sexuales en los que otras pueden ver y participar.

Con el paso de los años el sexo ha dejado de ser un tabú. Hoy en día se habla abiertamente de relaciones sexuales, tríos, orgías y cualquier otro tipo de encuentros íntimos que, hace algunas décadas, eran prohibidas y estaban mal vistas.

Entre ellas, se destaca el dogging, que inició en el Reino Unido. Según registros, en los años setenta, las personas salían a los parques, con la excusa de sacar a pasear al perro, para tener sexo con desconocidos o ver a las parejas que tenían relaciones en espacios públicos.

Esta actividad se fue haciendo cada vez más famosa y ganó varios seguidores alrededor del mundo. De hecho, medios internacionales destacan que es una tendencia creciente en España y otros países europeos.

Entonces, ¿Qué es el dogging? De acuerdo con la psicóloga clínica y sexóloga Paola Andrea Beltrán, “es una práctica que consiste en tener relaciones sexuales en lugares públicos en los que se presentan otras personas para mirar, lo que es una combinación muy clara entre el deseo de ser visto y de mirar”.

La doctora explica que la particularidad de esta práctica es que los espectadores pueden tocar o participar de la relación sexual, eso sí, quienes intervienen en un encuentro de este tipo no vuelven a coincidir.

Aunque no hay datos que revelen qué tan común es el dogging, existen páginas web, foros y grupos en redes sociales especializados en el tema, que se encargan de organizar a quienes desean practicarlo. O también se encuentran ‘guías’ que reseñan cuáles son los mejores escenarios para tener sexo en público y dan algunas recomendaciones.

Cabe mencionar que, los espacios preferidos para esta práctica son los carros parqueados en lugares públicos, parques desolados, un callejón, entre otros. En España, por ejemplo, suelen utilizar casas abandonadas y puentes.

Beltrán destaca que se trata de un espacio donde se hacen realidad las fantasías: “Llama la atención porque hay consentimiento para llevar a cabo una fantasía en dos vías, ser vistos y poder observar. Igualmente, hay un componente respecto a la presencia de adrenalina, usual en momentos donde estamos alerta ante la posibilidad de ser descubiertos”.

En ese sentido, no se puede afirmar que se trate de una conducta buena o mala, entre otras cosas, porque, según la profesional, no se considera una parafilia.

“En este caso más allá de lo moral, es importante tener en cuenta que es una práctica donde no se vulneran los derechos de quienes participan, ya que se hace de manera consensuada, respetando acuerdos previos y estableciendo límites. Así que no diría que es buena o mala, tiene unas características y deben tenerse en cuenta ciertos cuidados”, afirmó la Máster en ciencias sexológicas.

De tal forma que, como en cualquier relación sexual, es muy importante prevenir enfermedades e infecciones de trasmisión sexual (ETS – ITS) con el uso del preservativo y barras de latex. De hecho, los participantes deben asegurar la seguridad del encuentro.

Finalmente, cabe resaltar que el dogging cualquier práctica sexual en espacio público está prohibida en el país. En efecto, quien sea sorprendido realizando actos sexuales o exhibicionismo puede recibir una multa tipo tres, es decir de 16 salarios mínimos diarios legales vigentes ($533.333), según lo establece el Código Nacional de Policía.

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