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La lucha de Maritza Hurtado contra el cáncer

En el barrio Las Palmas de la ciudad de Neiva, reside una valiente mujer llamada Maritza Hurtado, quien a sus 56 años de edad enfrenta una batalla feroz contra un cáncer avanzado en su seno derecho. Maritza está afiliada al régimen subsidiado de salud, pero su camino ha estado plagado de obstáculos en el último año.

Hace dos meses, Maritza se encontró en una situación desesperada. No le entregaban los medicamentos vitales para su tratamiento oncológico. La falta de atención médica amenazaba su lucha contra la enfermedad que la aquejaba.

En su búsqueda por aliviar su dolor y continuar su tratamiento, Maritza se sometió a radioterapias. Sin embargo, esta decisión tuvo consecuencias devastadoras cuando experimentó una reacción negativa, lo que la llevó a ser hospitalizada durante casi un mes. A pesar de la difícil situación, Maritza estaba decidida a recuperar su salud.

Al ser dada de alta del hospital, Maritza intentó reiteradamente obtener una cita con su especialista para modificar su tratamiento, ya que el anterior le había causado más deterioro. Sin embargo, se encontró con la frustrante realidad de que no le concedían citas, y la atención médica parecía estar fuera de su alcance.

El estado de Maritza empeoraba con cada día que pasaba, afectando gravemente su estómago, hígado y riñones. La reacción adversa a la radioterapia la llevó a presentar sangre en sus deposiciones, lo que agravó aún más su situación de salud.

Ante esta desesperante situación, la familia de Maritza tuvo que recurrir a medidas legales, presentando tutelas y demandas contra la Nueva EPS para garantizar que finalmente recibiera la atención médica que necesitaba. A pesar de enfrentar numerosos obstáculos, finalmente lograron que fuera atendida.

Hoy, la familia y Maritza hacen un llamado desesperado a la comunidad y a personas de buen corazón que puedan brindar un apoyo vital. Maritza necesita medicamentos, ayuda económica y respaldo en su lucha contra esta enfermedad implacable. Debido a su estado, ha tenido que vender lo poco que tenía para hacer frente a las abrumadoras deudas médicas, ya que no puede trabajar en estas condiciones y no recibe ningún subsidio. Sus hijos hacen lo que pueden, pero sus recursos son limitados.

A pesar de su decadencia y la incertidumbre que la rodea, Maritza busca la solidaridad de quienes puedan colaborar. Su valentía y fuerza en esta dura batalla contra el cáncer son inspiradoras. La comunidad se une en un esfuerzo por ayudar a esta luchadora incansable a continuar su pelea contra una enfermedad que avanza implacablemente.

 

 

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