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En menos de 24 horas, Colombia ha sido testigo de dos impactantes atentados terroristas

Hasta el momento, el Estado Mayor Central se ha mantenido en silencio, sin confirmar ni negar su responsabilidad en estos dos eventos.

El primer ataque tuvo lugar en la mañana del viernes 22 de septiembre, cuando al menos cinco personas resultaron heridas en un atentado con carro bomba en las cercanías de una estación de Policía en el sector de Potrerito, Jamundí, en el Valle del Cauca. A pesar de que la estructura de la estación sufrió daños, hasta el momento no se reportan policías heridos. Sin embargo, algunas viviendas y vehículos en las proximidades resultaron afectados.

El secretario de Gobierno del Valle, Camilo Murcia, proporcionó información sobre el incidente, destacando que el vehículo explosivo fue abandonado a pocos metros de la estación de Policía. Se han implementado medidas de seguridad para proteger tanto a la población civil como a los oficiales de policía. Entre los heridos, uno de los civiles sufrió heridas graves, mientras que los demás fueron causados ​​por esquirlas.

Es relevante mencionar que este suceso se produjo en la misma semana en la que otro carro bomba en el departamento del Cauca cobró la vida de dos personas en Timba.

El segundo acto terrorista tuvo lugar en la noche del jueves 21 de septiembre, cuando una patrulla de la Policía fue objeto de un ataque en el corregimiento de Ejido, en la zona rural de Policarpa, Nariño. Según el gobernador de Nariño, Jhon Rojas, miembros de las disidencias de las FARC llevaron a un cabo una emboscada contra los uniformados que acompañaban al subcomandante operativo de la Policía.

En total, cinco policías resultaron heridos, y dos de ellos sufrieron heridas graves, lo que requirió su traslado desde la zona vía aérea hasta la capital de Nariño.

El presidente Gustavo Petro señaló que las acciones de las disidencias del Estado Mayor Central en la región son represalias por las operaciones militares contra los narcocultivos. Afirmó que el objetivo del Gobierno de afectar las economías ilegales se mantendrá sin ceder a las presiones de los grupos armados. En consecuencia, ordenó a la Fuerza Pública intensificar su presencia militar en el territorio para garantizar la seguridad.

En la misma línea, el ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, destacó que el Gobierno Nacional ya estaba al tanto de la situación en Micay y que el presidente Petro había dado instrucciones claras para aumentar la presencia militar y policial en esa zona. Esto hizo evidente que se llevara a cabo este nuevo acto terrorista en Jamundí.

A pesar de que esta semana se acordó la instalación de una mesa de diálogo y un cese al fuego de 10 meses entre el Gobierno Nacional y el EMC en el departamento del Cauca, estos eventos recientes han generado rechazo tanto por parte del Gobierno como de la sociedad colombiana. Aunque el Estado Mayor Central aún no ha asumido ni rechazado la responsabilidad de estos actos, el ministro Velasco afirmó que el Gobierno tiene la certeza de que son obra de esta organización, basándose en su actividad previa en la región.

La suspensión de los diálogos con el EMC es una decisión que corresponderá al jefe de Estado, en coordinación con el alto comisionado para la Paz, Danilo Rueda.

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